ALGUNOS TÉRMINOS PARA COMPRENDER LA GÉNESIS DE LA
SOCIEDAD BURGUESA.
“Hemos visto cómo se convierte el dinero en capital, cómo
sale de éste la plusvalía y de la plusvalía más capital. Sin embargo, la
acumulación de capital presupone la plusvalía; la plusvalía, la producción
capitalista, y ésta, la existencia en manos de los productores de mercancías de
grandes masas de capital y fuerza de trabajo”.[1]
-Marx, Karl. El Capital.
- Conversión del dinero en capital.
Para transformar el dinero en capital, no basta con la
producción de valores y la circulación de mercancías. Antes, debe enfrentarse,
de una parte, el poseedor de valores o de dinero y, de otra, el poseedor
de la sustancia creadora de valor; de un lado el poseedor de medios de
producción y de vida, y de otro el hombre sin más patrimonio que su fuerza de
trabajo, tratando el uno con el otro como comprador y vendedor.
Por tanto el proceso capitalista de producción, no produce
solamente mercancías, no produce solamente plusvalía, sino que produce y
reproduce el mismo régimen del capital, de una parte al capitalista y de otra
al obrero asalariado[2].
El capítulo III del Capital de Marx; nos recuerda que para
convertir el dinero en capital, el poseedor del dinero tiene que encontrarse en
el mercado entre las mercancías, con el obrero libre; libre en doble sentido,
de una parte ha de poder disponer libremente de su fuerza de trabajo
como de su propia mercancía, y de otra parte no ha de disponer de otra
mercancía mas que ofrecer en venta[3].
- La plusvalía engendra nuevo capital.
Como los capitalistas reconocen que no pueden aumentar
extensiva o intensivamente la explotación de los obreros que ya trabajan, es
forzoso incorporar a la producción fuerzas de trabajo adicionales, surge la
necesidad de reproducir a la clase obrera, como una clase supeditada al
salario, y al incorporar las fuerzas de trabajo supletorias de la clase obrera
a los medios de producción existentes y adicionales, con esto se está operando
la conversión de la plusvalía en capital. Es decir volver la acumulación de
capital un en una reproducción progresiva del capital[4]. Porque, ¿qué es el capital? Plusvalía capitalizada.
- La acumulación de capital presupone la plusvalía.
La inversión de la plusvalía como capital o la reversión
a capital de la plusvalía, no es más que la acumulación de capital.[5]
Para acumular es forzoso convertir en capital una parte del
trabajo excedente; si, dado que la plusvalía sólo es susceptible de
transformarse en capital, porque el producto excedente -cuyo valor
representa aquella- encierra ya los elementos materiales de un nuevo capital,
ósea la plusvalía deberá invertirse en crear medios de producción y de vida
adicionales, rebasando la cantidad necesaria para reponer el capital
desembolsado[6].
La acumulación de capital puede variar según la distribución
de la plusvalía en capital y renta; por tanto la acumulación de capital supone
un aumento del proletariado[7].
El capital consiste en un primer momento en convertir una
suma de dinero en medios de producción y fuerza de trabajo [en el mercado],
luego los medios de producción se convierten en mercancías cuyo valor excede el
valor de sus partes integrantes; el capital primitivamente desembolsado más una
cierta plusvalía; mercancías que han de ser vendidas realizando su valor en
dinero, para convertir este dinero en nuevo capital, sucesivamente sin
interrupción[8].
- La plusvalía presupone la supeditación del trabajador y la supeditación del trabajador presupone la producción capitalista.
Recordemos que para la producción de plusvalía absoluta
basta con la supeditación formal del trabajo al capital, es decir que el
artesano, trabajadores independientes ahora trabajen como obreros asalariados
bajo el control de un capitalista.
A medida que el régimen capitalista de producción se adueña
de la rama completa de producción y de todas las restantes, se sustituye la
supeditación formal del trabajo al capital, por la supeditación real del obrero
al capitalista con la producción de plusvalía relativa, [ésta supone un régimen
de producción específicamente capitalista].[9] Supeditación real que se da cuando el proletariado está
completamente despojado de sus propiedades y hecho “libre” de propiedad y
de elegir para quién trabajar.
No es libre de dejar de trabajar, pues su supeditación
(sometimiento es real, en todo el sentido de la expresión); le obliga a vender
su fuerza de trabajo todos los días de su vida útil, para poder sobrevivir.
Esto se da porque todas las industrias, sectores y esferas de producción (es
decir toda la producción) son acaparadas por los capitalistas, de modo que ya
nadie puede valerse por sí mismo, sólo puede sobrevivir siendo asalariado
produciendo para un capitalista.
- La producción capitalista presupone la existencia en manos de los productores grandes masas de capital y fuerza de trabajo.
La ley del cambio de mercancías, en la que el capitalista
compra la fuerza de trabajo del obrero, incluso por su valor real, en estas
condiciones, la ley de apropiación o ley de propiedad privada, ley que descansa
en la producción y circulación de mercancías, se trueca, por su misma
dialéctica interna e inexorable, en lo contrario de lo que es. El cambio de
equivalente que parecía ser la operación originaria, se tergiversa de tal modo
que el cambio sólo es aparente, puesto que de un lado la parte del capital que
se cambia por la fuerza de trabajo no es más que una parte del producto del
trabajo ajeno apropiado sin equivalente, y, de otro lado su productor el obrero
no se limita a reponerlo, sino que tiene que reponerlo con un superávit.[10]
Mortalizando a Marx; la producción capitalista es aquella
que esta dirigida por un capitalista y que es propiedad de un capitalista.
La producción entonces es propiedad del capitalista, porque
él compró en el mercado, los insumos, las materias primas y auxiliares, la
maquinaria, las instalaciones, etc., y la fuerza de trabajo (mano de obra)
necesarias para generar la producción. Y dicha producción lleva un solo fin,
maximizar ganancias; cosa que sólo puede suceder en la medida en que se genere
la mayor plusvalía (trabajo excedente que se apropia el capitalista)
posible. Y la única mercancía fuente de plusvalía es la fuerza de trabajo
humana. Por eso es necesario que para la producción sea capitalista, haya
concentración en pocas manos grandes cantidades de capital y fuerza de trabajo.
- La concentración en pocas manos grandes masas de capital y fuerza de trabajo presupone una acumulación originaria.
Situándonos hasta aquí, es evidente que el capitalista
entro en posesión del dinero, por virtud de una cierta acumulación
originaria, independiente de la apropiación de trabajo ajeno no retribuido,
pudiendo gracias a ello acudir al mercado como comprador de la fuerza de
trabajo[11] por primera vez.
Es decir este proceso que parece moverse dentro de un
círculo vicioso, del que –efectivamente- sólo podemos salir dando por
supuesta una acumulación originaria , acumulación que es el punto de
partida del régimen capitalista de producción.[12].
De la época feudal donde abundaban los productores
independientes y la mayoría de la población tenia acceso a tierras herramientas
y podían producir sus alimentos sus manufacturas, se debió dar lugar a una
sociedad dónde la producción de todo, o casi todo fuera derecho exclusivo de la
clase capitalista.
Si para que una clase ostente la condición de ser dueña de
todo producido, es necesario que dicha clase tenga una gran cantidad de
capital, (dinero-mercancías- maquinaria y empleados) acumulada. ¿Cómo puede esa
clase acumular tanto capital?
Sencillo, expropiando bajo cualquier método las posesiones
de la población, imposibilitándolos de que puedan producir para sí mismos, y al
mismo tiempo que los expropia les crea la necesidad de que trabajen para ellos,
produciendo mercancías que serán propiedad del que los contrató.
Ante la acumulación de capital, vía expropiación en un
frente aumenta la demanda de trabajo (de los expropiadores), y del otro la
oferta de obreros que al dejarlos “libres” o “disponibles” de toda propiedad[13].
El proceso que engendra al capitalismo sólo puede ser uno:
el proceso de disociación (separación) entre el obrero y la propiedad sobre las
condiciones de su trabajo, proceso que de una parte convierte en capital los
medios sociales de vida y de producción, mientras de otra parte convierte a los
productores directos en obreros asalariados. La acumulación originaria es el
proceso histórico de disociación entre el productor y los medios de producción[14].
La Acumulación originaria en El Salvador.
- Independencia.
Qué, puede esperarle a una nación como El Salvador que se
forma en un pequeño territorio con 250000 habitantes y una clase profesional de
4 abogados, 4 médicos, 12 cirujanos y 7 boticarios, totalmente vinculado a la
producción de añil.[15]
Los “próceres” que declararon la independencia eran grandes
terratenientes, ligados a los intereses añileros, a los cuales les resultaba
una verdadera necesidad económica (industrial y comercial) la independencia
siempre y cuando quedara incólume el sistema clasista de explotación[16].
LA INEPENDENCIA NO VINO DEL PUEBLO: “…Que siendo la
independencia del Gobierno Español la voluntad general del pueblo de Guatemala
y sin prejuicio de lo que se determine sobre ella en el congreso que debe
formarse, el señor jefe político la mande publicar para
prevenir las consecuencias que serían temibles en el caso que la proclamase de
hecho el mismo pueblo”.[17]
Los grandes productores de añil jugaron el papel más
importante, pues querían tener la independencia económica de los comerciantes
guatemaltecos. El primer grito de Independencia tuvo lugar en San Salvador y la
participación de los salvadoreños en tal proceso político y “no lucha” fue muy
importante, ante los conservadores guatemaltecos que no querían la
independencia[18], porque se beneficiaban de la disposición que tenían sobre
las rutas de comercio aprovechándose y ganando más que los mismos productores
que eran salvadoreños.
La independencia fue un asunto privado, la “declaración de
real de independencia política en 1821 causo muy poco impacto inmediato en la
tierra de El Salvador, y el documento de la declaración que había redactado una
pequeña minoría era a la vez incomprensible e irrelevante para la mayoría de
los habitantes.
En el momento de la independencia había en el país como 400
haciendas de una medida de 1,000 acres, en la tercera parte del
territorio nacional, no hubo cambios con la independencia porque la oligarquía
de plantadores y comerciantes dirigía el uso de los recursos nacionales
para sus propios fines[19].
- Expropiación.
La propiedad desde el punto de vista capitalista se
convierte en el derecho de apropiarse trabajo ajeno no retribuido[20]. -Es decir derecho de apropiarse sin equivalente del
trabajo de otro-.
Las condiciones de libre comercio que siguieron a la
independencia política, la producción de añil se encontró aún más a merced de
las oscilaciones del mercado mundial, al mismo tiempo que aumentaba la
competencia del añil asiático aunado a que los productos químicos mostraron su
valor como sustitutos baratos y seguros de los colorantes naturales, el añil se
convirtió en un producto invendible[21].
Rafael Menjívar nos dice que el año 1864 es
relacionado con la expansión del café en su camino para convertirse en el eje
de la matriz agroexportadora, a partir de tal momento es posible detectar la
descomposición de una estructura económica determinada por la producción
añilera.
1864 se comienza el desmontaje de la estructura económica
en base al añil, la expropiación de la tierra al trabajador directo hasta
convertirle en trabajador “libre”, integrante del ejercito de reserva más
amplio y flexible de toda Centroamérica[22].
Desmontar las formas precapitalistas, tenía como obstáculo
el 40% del territorio nacional que eran tierras ejidales y comunales[23]. Tierras que dentro del proceso de acumulación originaria
formarían parte del capital constante (c) y de las que serían separados los
productores directos para integrar el mercado de trabajo[24].
Precisamente la posesión que los campesinos y los pueblos
originarios tenían sobre los ejidos y tierras comunales era el principal
obstáculo para que la clase dominante de “añileros” se volviera capitalista,
pues para convertirse en grandes cafetaleros necesitaban tener la tierra en sus
manos y no en la de la población.
En 1847 se emitió un decreto que fomentaba el cultivo del
café exonerando de impuestos y otorgando árboles; para 1870 el Estado había
vendido la mayoría de terrenos baldíos, y se derogó la ley que normaba la
creación de ejidos nuevos[25].
Todo cambio ofrece resistencia, y cuando los indígenas
mayoritariamente de Izalco se percataron que atentaban contra sus derechos con
la venta de un terreno ejidal en Marzo de 1875 varios pobladores y sacerdotes
unieron sus fuerzas en San Miguel entre 3 o 4000 sublevados robaron quemaron y
devastaron, el gobernador militar de San Miguel fue castrado y asesinado, pero
su lucha no tenía esperanza, ni la Iglesia ni las comunidades indígenas estaban
en capacidad de pelear contra una élite deseosa de incrementar su riqueza y fe
inquebrantable en el mercado libre[26].
Sobre ejidos y tierras comunales “… su existencia
contraria los principios económicos y sociales que la República ha adoptad.”;
al mismo tiempo que la élite se apropiaba de las tierras, se liberaba mano de
obra para trabajar en las fincas de café, fue tanto el impacto que destacados
autores difieren en cuanto si se afectó el 25% o 40% del territorio nacional
con éstos decretos, sin duda algo significante[27].
En 1880 el Gobierno salvadoreño señalo la imperiosa
necesidad de convertir las tierras en propiedad privada: “Considerando que
la división de los terrenos –ejidales y comunales-impiden el desarrollo del
capitalismo, y la agricultura de subsistencia, entorpece la circulación
de la riqueza…:” dando paso a los decretos de 1881 “ley de extinción de
comunidades” y 1882 “Ley de extinción de Ejidos” [28]
Primero en 1881 se emitió el decreto de extinción de
comunidades, la aplicación de ésta ley vino a fundirse con la Ley de extinción
de ejidos, emitida en Mazo de 1882, era evidente la necesidad de tierra que se
integre al capital de la actividad cafetalera y la necesidad de una mano de
obra “libre”.
La característica principal que toda acumulación
originaria de capital, ha tenido es que mientras expropia o mientras acumula
capital expropiando libera la mano de obra que reproducirá el capital
expropiado, dando vida y reproduciendo al modo de producción capitalista.
Entre un 50 y 60% de la población estaba ocupada en ejidos y
tierras comunales, a menos de un mes de haber decretado la privatización de
tierras, se decretó la “ley de jornaleros y creación de jueces de
agricultura” ley contra la vagancia, para controlar la mano de obra,
condiciones represivas para que a la elite cafetalera no le faltase la
mano de obra que requería[29].
Luego de la expropiación legal, porque fue bajo decretos
legislativos y figuras legales; que la clase dominante “privatizo” la tierra; y
con argumentos liberales, propios de la época; vino la ola de represión, contra
las personas expropiadas. También hecha sistemáticamente mediante leyes: contra
la vagancia y de jornaleros; se creó el código de agricultura, jueces agrarios,
etc., que obligaban a los campesinos expropiados a trabajar en las fincas de
café, se crearon cuerpos represivos como la policía de Hacienda y se impulsaron
medidas tendientes a privilegiar la naciente elite cafetalera.
La necesidad de leyes y cuerpos represivos también se
vuelven importantes en la acumulación originaria pues la supeditación formal
primero y la real inmediata; sólo se logra y se perpetua baja la fuerza.
Porque ¿qué es el derecho? “… Vuestro derecho
no es más que la voluntad de vuestra clase erigida en ley; voluntad cuyo
contenido está determinado por las condiciones materiales de existencia de
vuestra clase”[30]
La acumulación originaria atrajo al país a toda una gama de
extranjeros con dinero para poder invertir en el cultivo de café; desde nuestra
independencia política fueron los descendientes de los españoles, quienes
secuestraron el gobierno; así lo señala un estudio de Eduardo Colindres, que
analizó para 1972 el 21% de las propiedades de tierra de mil hectáreas eran
propiedad de descendientes de inmigrantes.[31]
Se pueden mencionar nombres de extranjeros con dinero que
formar parte de la élite gobernante y cafetalera como Robert Parker,
comerciante inglés que desde 1826 influía sobre el gobierno como consultor; de
Maurice Duke; súbdito británico nacido en Jamaica que vino en 1864, fue
nombrado cónsul de Estados Unidos; se hizo de acciones de los muelles de
Acajutla y La Libertad, su hijo Rodolfo fue uno de los fundadores del Banco
Agrícola Comercial y su hija se casó con un Girola; la familia Álvarez que
vinieron de Colombia (venir a El Salvador fue lo mejor que les pudo pasar pues
ya estaban en el negocio del café); el judío sefardí Herbert de Sola nacido en
Cuaracao vino en 1885, etc., personas con dinero que vinieron ha
convertirse en propietarios y dirigentes de un país cuyo pueblo expropiado y
explotado nunca tuvo (y no tiene) el poder de auto determinarse.
A finales del siglo XIX, tras la acumulación originaria; los
que concentraron la producción de café para exportación era una élite pequeña:
mayormente blanca, de los blancos los descendientes de los españoles eran el 8%
y constituían “la clase exclusiva que ostentaba cargos públicos y promulgaba
leyes”[32]
El nuevo siglo arrancó bajo el signo del café…, después de
la crisis de 1898, no quedaban dudas: ellos se habían instalado de manera
permanente, sus interese se convirtieron en la ley[33]. Pero el pecado original llega a todas
partes. Al desarrollarse el régimen capitalista de producción, al desarrollarse
la acumulación y la riqueza…[34]
Lo importante de conocer la historia es identificar quiénes
y cómo nos predestinan a ser sólo los designados de la historia para reproducir
el capital a costa de nuestras vidas.
Por Héctor Ezequiel Méndez.
[1]Marx, Karl. El Capital. Tomo I. FCE. Pág. 607.
[2]Ibíd. Pág. 487.
[3] Ibíd. Pág. 122.
[4] Ibíd. Pág. 490.
[5] Ibíd. Pág. 488.
[6] Ibíd. Pág. 489.
[7] Ibíd. Pág. 518.
[8] Ibíd. Pág. 474.
[9] Ibíd. Pág. 427.
[10] Ibíd. Pág. 492.
[11] Ibíd. Pág. 478.
[12] Ibíd. Pág.607.
[13] Ibíd. Pág. 542.
[14] Ibíd. Pág.608.
[15]Lindo-Fuentes, Héctor. La economía de El Salvador en el s.
XIX. CONCULTURA (2006). Pág.9
[16]Dalton Roque. El Salvador (Monografía). Editorial
universitaria (2004). Pág.41.
[17] Fragmento del acta de independencia, ver en: Dalton,
Roque.(Monografía). Óp. cit. pp.47.
[18].Colindres, Eduardo. Fundamentos económicos de la burguesía
Salvadoreña. UCA EDITORES (1977). Pág.24.
[19]Ibíd. Pág. 24.
[20] Marx, Karl. Óp. cit. pág.492.
[21]Browling, David. El Salvador, la tierra y el hombre. 4ta.
Edición CONCULTURA (2006). Pág. 262.
[22] Menjívar Larín, Rafael. Acumulación originaria y
desarrollo del capitalismo en El Salvador. Editorial Abril uno (2005). Pág.63.
[23]Ejido: tierras que se asignaban a las municipalidades. Tierra
comunal: las que reservaban para las comunidades indígenas. La naturaleza
del asentamiento español y la reorganización agrícola y social estimulaba la
aplicación fortuita e intercambiable de ambos términos.
[24] Menjívar, Rafael. Óp. cit. Pág.75.
[25]Lindo-Fuentes, Héctor. Óp. Cit. Pág.155.
[26] Ibíd. Pág. 226-227.
[27] Ver pie de página 79, de Menjívar Larín, Rafael.Óp. Cit.
Pág.75.
[28] Menjívar, Rafael. Óp. cit. Pág.79-80.
[29] Ibíd. Pág.119.
[30]Marx, Karl. Manifiesto del partido comunista. ED. Pág.21.
[31]Lindo-Fuentes, Héctor. Óp. Cit. Pág.296.
[32]Ibíd. Pág.255.
[33] Ibíd. Pág. 257.
[34]Marx, Karl. El Capital. Op. Cit. Pág. 500.
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