miércoles, 4 de enero de 2012

EL FUTURO DE LOS SINDICATOS EN EL NUEVO ORDEN MUNDIAL

Lo que está en juego en el mundo capitalista para la clase obrera y sus aliados, es más que una crisis política o económica pasajera; es el destino de la clase obrera como clase social y nos damos cuenta que en el seno de nues-tra clase impera una crisis de identi-dad proletaria. La clase obrera se constituyó como clase en el marco constitucional burgués de la nación. En ese marco los obre-ros edificaron a costa de cruentas luchas sus sindicatos, sus contratos colectivos, sus sistemas de jubilación, sus regíme-nes de seguridad social y códigos laborales, jornadas de ocho horas, vacaciones, etc.; conquistas que son irrespeta-das ante la pasividad del movimiento sindical.


La clase dominante nacional o transnacional sigue cerce-nando las conquistas de los trabajadores aunque estas hayan quedado estampadas en constituciones y demás leyes se-cundarias, los capitalistas con una mano te dan las leyes y con la otra te las quitan. Nadie puede pretender hoy defen-der a la clase obrera como tal, situándose en el marco de la supranacionalidad impuesta por instituciones bajo la órbita del capital financiero (BM, FMI, BID, OMC, etc.), en el cual renuncian a todo el contexto en el que la clase obrera se constituyó.
Estamos diciendo que los poderes económicos transnacio-nales, tras la caída del muro de Berlín han incrementado la tendencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de los ya mencionados organismos financieros a sustituir, a todas las organizaciones internacionales, por ejemplo CIOL, ORIT, CLAT, CMT, etc. Por ―nuevas organizacio-nes‖. Vinos nuevos en odres viejos.

La OMC intenta modificar el lugar de las organizaciones sindicales, las que se designan como componentes de los acuerdos comerciales en los que se incluyen, como cláusula social. En Europa ya sucedió, al movimiento sindical euro-peo lo han involucrado en foros con diferentes nominacio-nes pero siempre en vías de neutralizar al movimiento sin-dical con carácter de clase. En El Salvador al firmarse los acuerdos de paz en Chapultepec entre el FMLN y el Estado se estableció el Foro Económico Social (FES), que por cier-to no funciono. Pero están vigentes las tripartitas en donde supuestamente la clase obrera tiene sus representantes la-borales a quien ni siquiera conocen mucho menos eligen.

Consideramos que el rechazo por la ex ministra de trabajo Doctora Marina de Avilés, a la oferta de 11mil plazas en la industria textil, procedente de Haití en enero del 2010, que imponían en su contrato horarios que la ley salvadoreña prohíbe, de ahí la posición de la mencionada ministra de no permi-tir que se sigan violando los derechos laborales con esas contrataciones; acción que provocó su ―renuncia‖. Y la elección de un ex sindicalista como nuevo ministro de trabajo, que luego de asumir el cargo convoca al movi-miento sindical para proponer la formación de un foro de ―relaciones sociales y dialogo social‖.
Hablar de sindicatos ahora es hablar de corporativismo, es hablar de foros, de pactos sociales, pactos por el em-pleo, pero el contenido de estos pactos o foros es inequí-voco, poner en entredicho las garantías colectivas que constituyen a la clase obrera como clase social, a fin de imponer la atomización y la individualización de los asa-lariados, y sobre todo transformar los sindicatos en en-granajes subsidiarios de las directivas de la comunidad económica europea a través de la confederación sindical europea CSE.

Sobre los foros la historia nos revela lo siguiente: en Italia este foro se llamo: “pacto social para el desarrollo y el empleo” firmado el 22 de diciembre de 1998, pacto en el cual el conjunto de las confederacio-nes sindicales aceptan la reducción del coste del trabajo a través de la disminución de las cargas sociales. Esto sucede bajo la dirección del Parti-do Socialdemócrata dirigido por “comunistas”.” Estos foros se dieron en toda Europa, aunque con dife-rentes nombres y todos se inscriben en el marco de la política dictada por la unión europea.
La situación se agrava para los trabajadores a nivel mun-dial, porque todas estas actividades de los mencionados foros entre gobiernos, empresa privada y sindicatos fue-ron puestos en práctica por la izquierda internacional.

Por lo expuesto es necesario: que los sindicatos a nivel nacional en su conjunto conozcan dentro del contexto político quienes están a favor o en contra del movimiento sindical, y estar alertas ante las maniobras que el gobierno salvadoreño a través de su ministro de trabajo y por com-promisos expresos con el neoliberalismo financiero prepa-ra la sumisión del movimiento sindical hacia el estado, la gran empresa privada y por supuesto a la sombra de la ya formada aristocracia sindical salvadoreña.


¡OSAR LUCHAR, OSAR VENCER!

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