LOS SINDICATOS MÁS NECESARIOS QUE NUNCA

La organización sindical, ha sido casi por excelencia la forma primaria que los trabajadores han utilizado para defender sus derechos que poco a poco han ido siendo integrados a la Constitución Política (ahora Constitución de la Republica) y al Código de Trabajo, con el que se cuenta a partir de los años 60 del siglo pasado. Pero al problema que nos vemos enfrentados es que estos dos instrumentos y los funcionarios que los administran son casi letra muerta y los trabajadores, hombre y mujeres, deben de recurrir constantemente a las acciones que las autoridades tipifican de ilegales. Vemos el caso claro de Luis Ortega secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Asamblea Legislativa (SITRAL), como se ha amparado al código de trabajo, a la constitución, a la OIT y no sé cuántos organismos más para poder tener una resolución favorable en torno a su destitución de labores, las cuales en base a todas las mencionadas anteriormente siendo imposible tal medida, pues gozaba de fuero sindical, cosa que para el estado burgués salvadoreño no le importó y de igual manera fue destituido, ahora él ha recurrido a medidas de carácter ilegal, que quien sabe si le favorecerán. Y así uno a uno van descabezando los sindicatos en el sector público, vemos otros casos similares como en el órgano judicial, canal 10, etc. 

Cada vez se vuelve más difícil encontrar la solidaridad sindical y proletaria en El Salvador, y esto no es así por así, está determinado por las condiciones objetivas de nuestro país y el grado de subyugación en el que han caído los trabajadores conformándose con la explotación antes de defender sus derechos que van más allá de lo constitucional. La práctica exclusiva de la lucha económica y por las mejoras de las prestaciones, bonos, vacaciones, aguinaldos, etc., ha llevado al movimiento sindical al individualismo dejando a un lado la lucha política e ideológica, y los que se han atrevido a incursionar en el área política, se ha inclinado a la lucha entre partidos políticos en la arena electoral, ahora viendo en la realidad que estos siempre favorecen a la clase dominante.

Los sindicatos se vuelven ahora más necesarios que nunca, ¡Sí! Pero emancipados de los bastones de mando que hasta ahora los han domeñado y formando el polo clasista dentro de la lucha sindical, pasando de la lucha económica a la efervescencia y pasión de la lucha política por medio de la lucha ideológica, dejando a un lado sólo las reivindicaciones, sino que buscando la toma del poder para la clase trabajadora.

¡OSAR LUCHAR, OSAR VENCER!

¡CONVIRTAMOS LA DISPERSIÓN EN REAGRUPAMIENTO!