SOBRE LA NECESIDAD DE DISCUTIR NUESTRAS IDEAS

La primera y más difícil tarea que debemos de cumplir es sentir la necesidad de desarrollar el trabajo revolucionario del proletariado, y al sentirla y no solventarla nos damos cuenta de que no somos libres, esta tarea no es algo que nace de la noche a la mañana. Podemos ver ante nosotros la crisis estructural del capitalismo en su máxima expresión agudizando en mayor grado la contradicción funda-mental entre la burguesía y el proletariado, los trabajado-res estamos sufriendo y viendo venir la miseria, despidos masivos en el sector público y privado, leyes que favorecen sólo a grandes empresarios (Ley Zonas Francas y DPA,
Ley APP, etc.) , sufrimos la violencia estructural del capitalismo que no solo es física, psicológica y moral, sino que también una violencia de carácter fascista carac-terizada por la represión que sufren ciertos sectores de trabajadores que son apaleados por cuerpos represivos tal como vimos el pasado 22 de diciembre donde trabajadores del sector informal fueron desalojados por agentes del CAM y de la UMO disparando balas de gomas a los traba-jadores que necesitaban vender para poder comer, vemos la crisis económica, política e ideológica que tanto agre-den nuestra identidad como proletarios; ante todo esto recorre en nosotros el bagaje de esquemas forjados en el seno del capitalismo y que la burguesía y la pequeña bur-guesía aún siguen alimentando tales ideas; la lucha ideoló-gica tanto interna como externa hace que a partir de estas palabras podamos discutir al respecto.
Nuestro sindicato busca forjar la postura clasista en el seno de la lucha sindical, tarea ardua y no es fácil, partimos de que la unidad no surge solo porque ―se nos ocurre‖ o por ―iniciativa repentina‖, partimos que la unidad viene de una lucha ideológica que forja esa unidad, y que a más unidad más lucha, pero en esta lucha debemos de ir desarrollando tareas, tareas que van forjando una disciplina y tareas que vienen de la necesidad, y hemos visto la necesidad y ahora la pregunta que surge es ¿Qué hacer? (Titulo del libro de V.I. Lenin, ¿Qué hacer?, publicado en Rusia en febrero de 1902), ya en la historia un gran hombre se hizo esta pre-gunta y en la práctica encontró la respuesta.
En chispas anteriores se ha hecho la pregunta acerca de qué si es o no necesario que los sindicatos salvadoreños discutamos acerca de desarrollar un programa único que guíe el camino que debe de seguir la lucha sindical, lucha
de la clase trabajadora. Ciertamente para esto hay un largo camino que recorrer al que muchos nos debería-mos de sumar, pero no de una manera apresurada y unilateral, sino que luchando por obtener una concep-ción del mundo con un carácter de clase que vele por los intereses del proletariado en la búsqueda de la toma del poder, el marxismo-leninismo nos da las armas teó-ricas para no perdernos, ciertamente al decir esto ve-mos que la teoría de la revolución del proletariado ja-más (refiriéndome al proletariado salvadoreño) llego al seno de su clase, sino que cayó en manos de la pequeña burguesía quienes la revisaron he hicieron de esta un fantoche para poder asignarse un lugar dentro del parla-mento burgués denotando su carácter oportunista jac-tándose de ―revolucionarios‖ y hablan de que ―el cam-bio sigue‖ y que velan por los intereses de los ―más po-bres del pueblo‖, volviéndose una bola de reformistas. Ahora es justificable hacernos otra pregunta ¿Acaso no es necesario que nosotros como sindicalistas y trabaja-dores discutamos sobre ideología, política y economía con nuestro carácter de clase en base al marxismo-leninismo? Necesitamos organizarnos y reflexionar acerca de la historia del proletariado salvadoreño, nece-sitamos discutir sobre cómo desarrollar la lucha, necesi-tamos luchar por los intereses del proletariado, necesi-tamos luchar y necesitamos vencer.


¡OSAR LUCHAR, OSAR VENCER!
¡CONVIRTAMOS LA DISPERCIÓN EN REAGRU-PAMIENTO!