martes, 24 de enero de 2012

MIENTRAS UNOS NOS DICEN “PAZ”, OTROS NOS DICEN “REVOLUCIÓN”: 20 AÑOS DE PROFUNDIZACIÓN DE LAS DESIGUALDADES EN EL SALVADOR

 

Recientemente empezamos el año escuchando la algarabía que proponían los partidos mayoritarios y más ―fuertes‖ que se enfrentan en este proceso electoral en el 2012, con respecto a la conmemoración y celebración de los llamados ―acuerdos de paz‖, no por casualidad pues los representantes actuales de estos partidos son quienes representaban los grupos beligerantes en proceso de negociación hace poco más de 20 años y que plasmaron sus firmas resolviendo sus intereses el 16 de enero de 1992.


Escuchamos de un bando que dice que fueron ellos los propulsores de la paz y que dispusieron todo lo necesario para el diálogo y negociación, y que gracias a la gestión del ¿bien? llamado ―Presidente de la paz‖ se logró llegar por fin a un acuerdo luego que desde 1981 viniera el pliego de ofrecimientos desde Washington para el dialogo, y que desde 1984 se iniciaran las negociaciones entre la dirigencia de la guerrilla y el gobierno de turno del Estado (burgués) Salvadoreño. Cabe preguntarnos ¿parte de la disposición de acabar con el conflicto y de los anhelos de paz del gobierno fueron las cientos de masacres acaecidas contra el Pueblo antes, durante y a finales del conflicto? Escuchamos de los actuales administradores del Estado burgués salvadoreño, y en específico del sector de la burguesía que administra el ejecutivo, peticiones de perdón en un lugar ―emblemático‖ como lo es el Mozote, donde por sus intereses propagandísticos en este proceso electorero piensan que pidiendo perdón en nombre del Estado y la Fuerza Armada se hará justicia a nuestros masacrados en no solo una sino –como ya habíamos mencionado antes- en cientos de masacres que se mantienen encubiertas.

Escuchamos del otro bando que se dicen ―revolucionarios‖ y que lograron todo lo que se propusieron y por lo que habían luchado, por lo que ―tomaron las armas‖ desde 1980 año en que -según ellos y nuestros libros de historia- empezó la lucha del Pueblo. Nos dicen que el origen último del conflicto jamás fue la amplia desigualdad económica sino el impedimento que había para entrar a los espacios políticos y la falta de democratización y carencia de libertades, como la de expresión. Cabe preguntarnos ¿dónde quedan los compañeros caídos en la lucha desde 1970? año de la fundación de las Fuerzas Populares de Liberación-Farabundo Martí (Marxista-leninista) y del ERP, organismos que vieron la necesidad de implementar nuevos métodos y estilos de lucha en el proceso revolucionario, y principalmente el primero destacando la necesidad histórica de un verdadero Partido de vanguardia marxista-leninista del proletariado y del Pueblo, con determinadas características para ser verdaderamente revolucionario. Cabrá preguntarnos también ¿dónde quedaron los anhelos del Pueblo fundamentados en la tesis de plataforma de Gobierno Democrático Revolucionario con hegemonía de los obreros y campesinos? que representaban la mayoría de la población en aquel entonces y eran las clases más productivas y que vivían la expropiación de las riquezas producidas de su trabajo por una minoría. También ¿dónde están los gritos de liberación nacional y de total independencia de los Imperialistas estadounidenses? Cuando actualmente vivimos bajo sus designios lanzados desde el Fondo Monetario Internacional, que habla de austeridad para el pueblo salvadoreño para transmitir su crisis y desahogarse en las clases trabajadoras salvadoreñas. Y también ¿Habrá nacido el Frente que aglutinaba a las 5 organizaciones de oposición al gobierno (más no todas revolucionarias) con la certidumbre de la negociación y la capitulación con el imperialismo? Al punto de haber permitido el desgaste y sangramiento del pueblo desde 1984 hasta el cese del fuego, pues desde ese año abandonaron el proyecto propuesto por las FPL-Farabundo Martí y por su histórico fundador y máximo dirigente Salvador Cayetano Carpio hasta antes de su muerte, que proponía la toma del Poder por las clases trabajadoras; para cambiarlo por una plataforma de Gobierno de Amplia Participación denotando su carácter pequeñoburgués y oportunista aceptando plácidamente un lugar en el Estado burgués, y ni hablar de las purgas y lo miles de camaradas exiliados que apostaban por luchar hasta la victoria por una sociedad más justa.

Desde 1992 se ha profundizado la pobreza y las desigualdades, pues a partir de aquí se fomenta el amplio desarrollo del capitalismo en su fase imperialista en El Salvador con el llamado neoliberalismo (fundamentados en la constitución de 1983 de d´Aubuisson y las reformas de los ―acuerdos de paz‖) a partir de la privatización de los servicios públicos y (la expropiación fraudulenta) de la Banca, la dolarización, el TLC con E.E.U.U. y la UE, el Plan Puebla-Panamá, el asocio para el crecimiento y los asocio público-privado, etc. Que ha generado que se acumule más y más la riqueza y se concentre en menos manos y que sean los monopolios transnacionales los máximos beneficiados de la riqueza producida, aparte de guiar la economía salvadoreña fomentando la especulación antes que la producción, de manera que hasta desmantelaron la producción de granos básicos.

Si bien era necesario el cese del fuego en una guerra que parecía sin rumbo ni objetivo popular desde 1983 y con la caída de la Unión Soviética como golpe moral (más no real pues el revisionismo dominaba desde 1956 en la URSS) al movimiento del Proletariado revolucionario; sumado al desgaste y sangramiento del pueblo; y que conjugada con los planes de los imperialistas norteamericanos de hacer de Centroamérica su eslabón clave en el reparto del mundo; no significaba el total desarme del pueblo y su subordinación al Estado fascista, ni la permisión de la injerencia directa de los imperialistas norteamericanos para llevar a cabo sus planes de dominación a cambio de un lugar en el Estado burgués sujeto a negociaciones con el sector más reaccionario de la burguesía nacional.

No podemos hacer más que decir que los pueblos tienen derecho a elegir sus métodos de lucha, sin embargo no aceptamos los métodos y estilos de trabajo y de lucha que nos ha heredado la pequeña burguesía, renunciamos a que sean los administradores de los intereses de las clases dominantes e imperialistas los que decidan el futuro en la política y economía de nuestro Pueblo.

¡CONVIRTAMOS LA DISPERSIÓN EN REAGRUPAMIENTO!
¡OSAR LUCHAR, OSAR VENCER!

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