miércoles, 7 de marzo de 2012

Nota informativa de la Sección de Relaciones Internacionales del CC del KKE sobre el papel de la CSI y la CES

El gran capital y sus gobiernos en toda Europa están lanzando una nueva ofensiva,
mientras que la crisis económica capitalista está en desarrollo. En la vanguardia
de esta ofensiva están el recorte drástico de los salarios, nuevos impuestos, la reducción
de las pensiones, un paso adelante al desmantelamiento de los sistemas de seguridad
social y el ataque a las relaciones de trabajo. Estas medidas son promovidas
bajo el pretexto de la crisis y no son temporales sino permanentes y predeterminadas
desde hace años con los tratados de la UE, el primero fue el Tratado de Maastricht,
y la Estrategia de Lisboa.



En estas condiciones, las fuerzas comprometidas en el movimiento obrero sindical
que promueven a los trabajadores la cooperación social y la colaboración de clases
hipócritamente pretenden oponerse al ataque contra el pueblo y supuestamente luchan
contra estas medidas. Estas fuerzas son la CSI y la CES, así como las confederaciones
comprometidas como la GSEE (confederación de trabajadores del sector privado)
y la ADEDY (confederación de trabajadores en el sector público) en Grecia que
desde hace décadas participan oficialmente en las discusiones con la UE y las demás
organizaciones imperialistas, colaboran y deciden junto con los monopolios sobre la
forma en que promoverán las medidas antipopulares en cada país. Estos esfuerzos
son también apoyados por varias “fundaciones” como la socialdemócrata “Fundación
Ebert” que pretenden manipular los sindicatos en la base del consenso social.

Todos ellos se han comprometido a la plutocracia de la UE que harán todo lo posible
para desarmar el movimiento y atacar los derechos de los trabajadores. Durante
años firman con los capitalistas acuerdos para la reducción de los salarios y las pensiones,
despidos, exención de impuestos para el capital. Cultivan la ilusión de que
puede haber capitalismo con rostro humano, que los mercados pueden ser regulados
y controlados y que van a confrontar a la especulación, que es un elemento inherente
y ley de operación del sistema de explotación. Proponen demandas que sirven a la
rentabilidad de los empleadores, mientras que adoptan plenamente la línea de rentabilidad
del capital, el antagonismo. Las fuerzas reformistas y oportunistas y las
fuerzas del sindicalismo amarillo apoyando la CSI caracterizan como un “hito” las movilizaciones
que organiza para el 24 de marzo, que están plenamente en consonancia
con los objetivos del capital de la UE.


Sin embargo, estas fuerzas no sólo son incapaces de organizar la lucha de los trabajadores,
sino lo contrario. Trabajaban y siguen trabajando para promover la colaboración
de clases y la desorientación en las filas de los trabajadores, en contra de los
intereses de los trabajadores y del pueblo, en el lado opuesto. Esta actitud debe ser
revelada cuando bajo la presión de las fuerzas clasistas y la postura de los trabajadores
hacen maniobras hipócritas que en última instancia conducen a la decepción y la
desmovilización de las masas obreras y populares.

De la experiencia del KKE y su lucha en Grecia destaca que para la emancipación
y el reagrupamiento del movimiento obrero se requiere el fortalecimiento del frente
contra los representantes del capital en el movimiento sindical. Los trabajadores deben
reforzar las fuerzas que luchan en una orientación clasista, fortalecer la organización
y lucha en los centros de trabajo contra la plutocracia y la política antipopular.

No se debe esperar nada de la CSI y la CES. Fueron, son y serán al servicio del capital.
Sus intervenciones, sus movilizaciones tienen el objetivo de controlar las reacciones
de los trabajadores, manipularlas y obstaculizar el desarrollo de la lucha de clases.

En el orden del día está la necesidad de una estrategia unificada de las fuerzas
clasistas y su coordinación a nivel internacional a través de las filas de la Federación
Sindical Mundial (FSM). A eso lleva el conflicto entre las fuerzas clasistas y las fuerzas
del consenso, de la “cooperación social” y del reformismo. Este conflicto va a fortalecer
de manera decisiva la FSM y conducir a la emancipación de las fuerzas clasistas.

La experiencia subraya la necesidad de la acción masiva coordinada en los centros
de trabajo, en los barrios populares con el fin de dar una respuesta decidida al
ataque coordinado del capital de la UE y el gobierno burgués. Los obreros, los trabajadores
producen la riqueza y deben reclamarla.

8/3/10
Seccion de Relaciones Internationales del CC del KKE

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